VERANO 2017
Era un día caluroso de agosto y Sandra estaba en casa, preparándose para salir de fiesta a la noche. Sandra era una chica alta, media 1,75cm, guapa, rubia de ojos azules, divertida y muy atrevida. Le gustaba probar cosas nuevas, porque pensaba que así no se aburriría, y también le gustaba explorar nuevas sensaciones.
Había quedado a las nueve y media en La Plaza de la Música con su mejor amiga, María y otras más de su grupo de amigas, para celebrar que estaban todas juntas de nuevo. María era de media estatura, ni muy alta ni muy maja, morena de ojos marrones y muy responsable. Cuando salía de fiesta no bebía, y era la que cuidaba de los demás.
Eran las nueve y cuarto y Sandra se disponía a salir de casa cuando su madre la llamó.
-¡Sandra!
-¿Qué mamá?
-¿Has cogido el móvil?
-Sí mamá.
-Ya sabes, no te pases con el alcohol y cuidado al volver a casa.
-Sí mamá. ¡Adiós!
-¡Adiós Sandra!
Sandra salió corriendo de casa, ya eran las nueve y veinticinco e iba a llegar tarde, como siempre.
Se había puesto un vestido negro pegado que le hacía marcar sus curvas y unos zapatos de tacón también negros, el pelo suelto ondulado y un bolso pequeño de color azul oscuro.
Estaba muy guapa, y cuando llegó a la plaza dónde habían quedado, sus amigas se lo dijeron un montón de veces. A Sandra le gustaba llamar la atención y estaba satisfecha de haberlo conseguido con ese look.
Para empezar la noche el grupo de amigas fue primero a un bar de la plaza, donde tomaron algo. María tomó una cerveza, pero sin alcohol, como siempre. Anduvieron de un bar a otro tomando copas y hablando sobre todo lo que les había pasado durante el último año, hasta que decidieron ir a la discoteca. Cuando entraron estaba medio llena, pero poco a poco empezó a ir más gente y la discoteca se fue llenando.
Mientras bailaba, a Sandra se le acercó un chico y empezaron a hablar. El chico era alto, musculoso, moreno de ojos azules e impulsivo, y se llamaba Mark. Él se había acercado porque ella le atrajo y la atracción fue mutua. Después de estar hablando un buen rato, decidieron salir fuera de la discoteca y Sandra fue a avisar a sus amigas. A la primera que vio fue a María y le dijo que se iba con un chico. A María él no le gustó mucho y le dijo a Sandra que tuviera cuidado, que no se fiaba mucho. Sandra hizo como que la escuchaba y después de despedirse se fue con Mark.
Fueron hacia el malecón y estuvieron hablando un rato. En un momento de silencio MArk besó a Sandra. Sandra se quedó muy sorprendida, pero al final le devolvió el beso. Entonces fue cuando a Mark se le fue la mano y empezó a desvestir a Sandra. Al principio, ella le dejó, pero luego se dio cuenta de lo que él pretendía e intento pararlo. Él no la soltó en ningún momento y Sandra empezó a gritar. Mark le tapó la boca con la mano para que nadie la oyera y fue entonces cuando la violó. Ella empezó a pegarle pero no consiguió nada. Sandra se sintió sucia por lo que le estaba pasando y cerró los ojos, porque así pensó que todo pasaría más rápido, y que todo terminaría antes. También pensó en todo lo que su madre y Mária le habían dicho, que tuviera mucho cuidado.
Sus amigas estuvieron llamándola, pero como no contestaba, pensaron que se habría ido a casa y esperaron al día siguiente. María estaba muy preocupada y al mediodía del día siguiente la llamó. Fue en ese momento cuando Sandra le contó lo sucedido. María le ayudó a contárselo a la policía, que puedo detener y llevar a prisión a Mark por lo que hizo.
Desde aquel día Sandra procura no beber mucho alcohol y no ir sola por la calle para no volver a revivir aquel momento.
Había quedado a las nueve y media en La Plaza de la Música con su mejor amiga, María y otras más de su grupo de amigas, para celebrar que estaban todas juntas de nuevo. María era de media estatura, ni muy alta ni muy maja, morena de ojos marrones y muy responsable. Cuando salía de fiesta no bebía, y era la que cuidaba de los demás.
Eran las nueve y cuarto y Sandra se disponía a salir de casa cuando su madre la llamó.
-¡Sandra!
-¿Qué mamá?
-¿Has cogido el móvil?
-Sí mamá.
-Ya sabes, no te pases con el alcohol y cuidado al volver a casa.
-Sí mamá. ¡Adiós!
-¡Adiós Sandra!
Sandra salió corriendo de casa, ya eran las nueve y veinticinco e iba a llegar tarde, como siempre.
Se había puesto un vestido negro pegado que le hacía marcar sus curvas y unos zapatos de tacón también negros, el pelo suelto ondulado y un bolso pequeño de color azul oscuro.
Estaba muy guapa, y cuando llegó a la plaza dónde habían quedado, sus amigas se lo dijeron un montón de veces. A Sandra le gustaba llamar la atención y estaba satisfecha de haberlo conseguido con ese look.
Para empezar la noche el grupo de amigas fue primero a un bar de la plaza, donde tomaron algo. María tomó una cerveza, pero sin alcohol, como siempre. Anduvieron de un bar a otro tomando copas y hablando sobre todo lo que les había pasado durante el último año, hasta que decidieron ir a la discoteca. Cuando entraron estaba medio llena, pero poco a poco empezó a ir más gente y la discoteca se fue llenando.
Mientras bailaba, a Sandra se le acercó un chico y empezaron a hablar. El chico era alto, musculoso, moreno de ojos azules e impulsivo, y se llamaba Mark. Él se había acercado porque ella le atrajo y la atracción fue mutua. Después de estar hablando un buen rato, decidieron salir fuera de la discoteca y Sandra fue a avisar a sus amigas. A la primera que vio fue a María y le dijo que se iba con un chico. A María él no le gustó mucho y le dijo a Sandra que tuviera cuidado, que no se fiaba mucho. Sandra hizo como que la escuchaba y después de despedirse se fue con Mark.
Fueron hacia el malecón y estuvieron hablando un rato. En un momento de silencio MArk besó a Sandra. Sandra se quedó muy sorprendida, pero al final le devolvió el beso. Entonces fue cuando a Mark se le fue la mano y empezó a desvestir a Sandra. Al principio, ella le dejó, pero luego se dio cuenta de lo que él pretendía e intento pararlo. Él no la soltó en ningún momento y Sandra empezó a gritar. Mark le tapó la boca con la mano para que nadie la oyera y fue entonces cuando la violó. Ella empezó a pegarle pero no consiguió nada. Sandra se sintió sucia por lo que le estaba pasando y cerró los ojos, porque así pensó que todo pasaría más rápido, y que todo terminaría antes. También pensó en todo lo que su madre y Mária le habían dicho, que tuviera mucho cuidado.
Sus amigas estuvieron llamándola, pero como no contestaba, pensaron que se habría ido a casa y esperaron al día siguiente. María estaba muy preocupada y al mediodía del día siguiente la llamó. Fue en ese momento cuando Sandra le contó lo sucedido. María le ayudó a contárselo a la policía, que puedo detener y llevar a prisión a Mark por lo que hizo.
Desde aquel día Sandra procura no beber mucho alcohol y no ir sola por la calle para no volver a revivir aquel momento.